martes, 2 de noviembre de 2010

FORTALECIENDO ASOCIACIONES BANANERAS

Vale la pena empezar, realizando un paralelismo entre Perú y Ecuador, en el aspecto agrario. Al primero lo caracteriza el minifundismo o parcelización y al segundo el latifundismo y tradicionalidad de exportación. El país vecino tuvo problemas con la calidad de su producto “El Banano” en los años 90’, y desde entonces… ¡volvió sus ojos al norte peruano! Reconociéndose que son conocedores del campo de la exportación  bananera, motivo por el cual empezaron a negociar con el norte peruano y antes de llegar al Chira, empezaron por Tumbes, con la patente intermediaria ecuatoriana.

Esta diferencia, según la historia se ubica desde la reforma agraria de los años 70’ que promulgó el general Velasco, programando un “socialismo distributivo” mientras que en Chile y Ecuador, en esos tiempos los gobiernos de derecha empresarial tomaban fuerza. Han pasado los años y la parcelización, entró a controversias más candentes por la falta de producción y tecnificación agraria con el fin de actualizarse, y así alimentar y satisfacer al nuevo emblema del comercio internacional: “El Exigente Mercado de la Globalización”. Tornándose necesarias, que las labores culturales agrarias, empieza con un proceso de tecnificación y a la vez uniformalizar o consensuar planes de cultivo.

A pesar que las orientaciones forzosas del capitalismo internacional indiquen que la brújula del futuro peruano está en revertir o volver al latifundio, con los biocombustibles (Etanol) y el cuento de las compras a precios de regalo de tierras eriazas, consiguiendo como sea agua. Motivo por el cual no queda otro camino que fortalecer las asociaciones, con mucho realismo, de acuerdo a sus necesidades y presupuestos para evitar ciertas sorpresas colapsantes.

Ya, mucho se ha discutido respecto a las limitaciones que impone el minifundio, e incluso se ha expresado que su existencia no permite un crecimiento de la producción a gran escala. Por ello sus propietarios no son sujetos muchas veces, de crédito para el sistema financiero. Tampoco se puede creer en el latifundio, motivo por el cual debe regularse las adjudicaciones para evitar concentraciones en la propiedad de la tierra, porque este sistema genera desigualdades e inequidades que no son favorables para la paz y armonía social. Es por ello que fomentar y organizar las asociaciones de producción (en este caso bananeras), es que todos sus componentes piensen en el mercado nacional e internacional, conociendo la fuerza generadora de trabajo de los pequeños y medianos propietarios. Así, los bananeros con su pequeña propiedad estan dando un ejemplo de asociatividad, que es necesario ir corrigiendo errores, conforme pasa el tiempo.

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