I
Don Meche, como en cualquier noche haciendo tiempo, leía un periódico mientras esperaba las noticias de la TV. El día había sido muy fuerte en la chacra. Su hija Eliana era su gran responsabilidad le había prometido ayudarla hasta que se convierta en profesional.
Esa noche… unos golpecillos tímidos en su puerta, lo sacaron de su ensimismamiento.
- ¿Quién es?
- ¡Soy Yo, tu compadre Tomás!
El sorprendido dueño de casa, abre su puerta y aparece: su compadre Tomás, acompañado de un joven y sus respectivos padres.
- ¿Qué sucede compadre Tomás?
- Aquí vengo acompañando, a este muchacho con sus padres.
- ¿y que cosa quieren?
- ¿podemos pasar?
- ¡soy breve! ¡aquí es suficiente!
- Es que mi hijo Grabiel, quiere pedir la mano de su hija Eliana – se adelantó a decir el padre del muchacho.
- ¡Que…! ¡pero si mi hija solo piensa en sus estudios! ¡y… compadre, Ud. se presta para eso! ¡por favor retírense! Y les tiró un portazo, que estremeció hasta las casas de los vecinos.
Pero… ¡un grito desesperado! ¡Salió del fondo de la casa!
- ¡papá no los botes! ¡yoo… estoy embarazada de Grabiel! Y Eliana empezó a llorar…
Y el padre… contuvo un instante la respiración, clavó las uñas en la palma de sus manos y dijo, muy rápido:
- ¡No puede ser! Mientras, veía que su hija se iba en llanto incontenible, con mezcla de perdón, ingratitud y desesperación.
¡El sorprendido padre se encontraba entre la espada y la pared!
El celular (Último accesorio en el mercado, base de los medios de comunicación masiva) es diminuto aparatito, reinventado casi a diario. Es el intruso tecnológico para realizar a la perfección las citas más furtivas, en especial en toda clase de enamoramientos. Todo ello, está gravitando para convertir a nuestros pueblos en sociedades cambiantes, conocida como vida moderna o de consumo. Donde las herramientas tecnológicas hay que saber utilizarlas para cosas positivas. Para bien de las personas y de su comunidad Pero en la mayor parte de los países en vías de desarrollo sucede lo contrario por la opresión cultural, impuesta por los mismos países dominantes. Perdiendo cada pueblo poco a poco su identidad histórica, cultural y social.
La batalla tiene que ser dura, para al menos mantener simbolizantes nuestras tradiciones y hacer notar a los jóvenes especialmente salitreños que tenemos una realidad social, muy pero muy propia. Como para recordar el clásico pedimiento de mano al estilo salitreño. De años atrás.
Cuyo pasaje es el siguiente.
El pedimiento, era un acto muy especial en la vida de muchos jóvenes de Salitral entre los años 40 al 90 más o menos.
En el cual el jóven enamorado, sus padres y el garante, se acercaban al anochecer a pedirle la mano a la chica indicada, para que se comprometa en matrimonio. Porque antes el enamoramiento era muy reservado, a escondidas, por respeto que se tenía a los padres y también por el temor de ser descubiertos y que se arme un gran lío y todo quede en nada.
Los padres, hijo y el garante, llegaban a casa de la chica que iban a pedir y tocaban la puerta esperando que lo reconocieran y los hicieran pasar. La gente chismosa observaba desde lejos cada secuencia.
Después de los saludos de costumbre el garante hablaba.
- Don Pedro, disculpe Ud. La molestia de haber venido a esta hora que apenas está anocheciendo, nos trae una misión muy delicada e importante, el jóven Francisco, hijo de Don Gaspar y de Doña Margarita aquí presentes me han encomendado que en nombre de ellos, le pida, con todo respeto la mano de hija Evelyn para que se comprometa con el Pancho en matrimonio.
Don Pedro, un poco nervioso se frota las manos y responde:
- La verdad es que no se nada, los muchachos proceden sin que uno se entere o sea el último en enterarse – esperen un momento voy a consultar con mi mujer, que dice ella de esto.
- ¡Teodosa, Teodosa! ¡Despierta, despiértate, levántate!, allí esta Don Oswaldo con los padres de Pancho Díaz, quienes han venido a pedir a la Evelyn, ¿Qué sabes tú de esto? – seguro sos una alcahueta y no me has avisado nada.
Doña Teodosa soñolienta y asustada le contesta que tampoco ha sabido nada de esto así que a ella no le echara la culpa.
El padre acude a despertar a la muchacha para que le diga la verdad.
- Evelyn, Evelyn, segurito que estas despierta y que has estado aguardando este momento, que bien guardadito te lo tenías con que te aburriste de la casa y quieres irte con marido… allá tú, después no te estes quejando - ¡arrodíllate, híncate y pídeme perdón!
La hija se arrodilla, así, llorando y temerosa balbucea:
- Papá yo ya tengo mi edad y el Pancho es mi enamorau, desde hace un año es bueno y me quiere y yo también lo quiero.
Don Pedro, sobándose la cara y el pelo regresa a la sala, diciendo:
- Disculpen que los haya echo esperar , los hijos crecen y uno envejece, y es la ley de la vida que formen un hogar, conozco que Pancho es un buen muchacho así que acepto como padre el pedimiento que le hace a mi hija, mi Evelyn siempre ha sido de su casa y estoy a punto de llorar su pronta ausencia.
El garante con un juego increíble de palabras trata de consolar al angustiado padre – sabíamos de su benevolencia y comprensión Don Pedro y creemos que los muchachos harán buena pareja, además el Pancho es trabajador y responsable, claro que toma sus traguitos pero es muy respetuoso y no se pasa de la raya.
- Que así sea y que se haga lo que Dios quiera – afirmó don Pedro.
El jóven Pancho tomó ánimo y se dirigió a su futuro suegro
- Disculpe Don Pedro nos aceptaría un brindecito que tenemos por allí, para sellar con unas copitas el pedimiento y ponernos alegres, porque esto es un gran acontecimiento porque nuestras familias se van a unir.
Como por arte de magia, más rápido que inmediatamente un muchacho hace su ingreso con una caja de cerveza helada y encima 3 sin helar por si a los suegros les haga mal cosas heladas.
- Teodosa, Evelyn acérquense ha celebrar el pedimiento y lo primero que hace el enamorado es sonreírle a su novia.
Y así el pedimiento era el mejor recurso que: Robarse a la Enamorada.
- ¿Quién es?
- ¡Soy Yo, tu compadre Tomás!
El sorprendido dueño de casa, abre su puerta y aparece: su compadre Tomás, acompañado de un joven y sus respectivos padres.
- ¿Qué sucede compadre Tomás?
- Aquí vengo acompañando, a este muchacho con sus padres.
- ¿y que cosa quieren?
- ¿podemos pasar?
- ¡soy breve! ¡aquí es suficiente!
- Es que mi hijo Grabiel, quiere pedir la mano de su hija Eliana – se adelantó a decir el padre del muchacho.
- ¡Que…! ¡pero si mi hija solo piensa en sus estudios! ¡y… compadre, Ud. se presta para eso! ¡por favor retírense! Y les tiró un portazo, que estremeció hasta las casas de los vecinos.
Pero… ¡un grito desesperado! ¡Salió del fondo de la casa!
- ¡papá no los botes! ¡yoo… estoy embarazada de Grabiel! Y Eliana empezó a llorar…
Y el padre… contuvo un instante la respiración, clavó las uñas en la palma de sus manos y dijo, muy rápido:
- ¡No puede ser! Mientras, veía que su hija se iba en llanto incontenible, con mezcla de perdón, ingratitud y desesperación.
¡El sorprendido padre se encontraba entre la espada y la pared!
II
El celular (Último accesorio en el mercado, base de los medios de comunicación masiva) es diminuto aparatito, reinventado casi a diario. Es el intruso tecnológico para realizar a la perfección las citas más furtivas, en especial en toda clase de enamoramientos. Todo ello, está gravitando para convertir a nuestros pueblos en sociedades cambiantes, conocida como vida moderna o de consumo. Donde las herramientas tecnológicas hay que saber utilizarlas para cosas positivas. Para bien de las personas y de su comunidad Pero en la mayor parte de los países en vías de desarrollo sucede lo contrario por la opresión cultural, impuesta por los mismos países dominantes. Perdiendo cada pueblo poco a poco su identidad histórica, cultural y social.
La batalla tiene que ser dura, para al menos mantener simbolizantes nuestras tradiciones y hacer notar a los jóvenes especialmente salitreños que tenemos una realidad social, muy pero muy propia. Como para recordar el clásico pedimiento de mano al estilo salitreño. De años atrás.
Cuyo pasaje es el siguiente.
III
El pedimiento, era un acto muy especial en la vida de muchos jóvenes de Salitral entre los años 40 al 90 más o menos.
En el cual el jóven enamorado, sus padres y el garante, se acercaban al anochecer a pedirle la mano a la chica indicada, para que se comprometa en matrimonio. Porque antes el enamoramiento era muy reservado, a escondidas, por respeto que se tenía a los padres y también por el temor de ser descubiertos y que se arme un gran lío y todo quede en nada.
Los padres, hijo y el garante, llegaban a casa de la chica que iban a pedir y tocaban la puerta esperando que lo reconocieran y los hicieran pasar. La gente chismosa observaba desde lejos cada secuencia.
Después de los saludos de costumbre el garante hablaba.
- Don Pedro, disculpe Ud. La molestia de haber venido a esta hora que apenas está anocheciendo, nos trae una misión muy delicada e importante, el jóven Francisco, hijo de Don Gaspar y de Doña Margarita aquí presentes me han encomendado que en nombre de ellos, le pida, con todo respeto la mano de hija Evelyn para que se comprometa con el Pancho en matrimonio.
Don Pedro, un poco nervioso se frota las manos y responde:
- La verdad es que no se nada, los muchachos proceden sin que uno se entere o sea el último en enterarse – esperen un momento voy a consultar con mi mujer, que dice ella de esto.
- ¡Teodosa, Teodosa! ¡Despierta, despiértate, levántate!, allí esta Don Oswaldo con los padres de Pancho Díaz, quienes han venido a pedir a la Evelyn, ¿Qué sabes tú de esto? – seguro sos una alcahueta y no me has avisado nada.
Doña Teodosa soñolienta y asustada le contesta que tampoco ha sabido nada de esto así que a ella no le echara la culpa.
El padre acude a despertar a la muchacha para que le diga la verdad.
- Evelyn, Evelyn, segurito que estas despierta y que has estado aguardando este momento, que bien guardadito te lo tenías con que te aburriste de la casa y quieres irte con marido… allá tú, después no te estes quejando - ¡arrodíllate, híncate y pídeme perdón!
La hija se arrodilla, así, llorando y temerosa balbucea:
- Papá yo ya tengo mi edad y el Pancho es mi enamorau, desde hace un año es bueno y me quiere y yo también lo quiero.
Don Pedro, sobándose la cara y el pelo regresa a la sala, diciendo:
- Disculpen que los haya echo esperar , los hijos crecen y uno envejece, y es la ley de la vida que formen un hogar, conozco que Pancho es un buen muchacho así que acepto como padre el pedimiento que le hace a mi hija, mi Evelyn siempre ha sido de su casa y estoy a punto de llorar su pronta ausencia.
El garante con un juego increíble de palabras trata de consolar al angustiado padre – sabíamos de su benevolencia y comprensión Don Pedro y creemos que los muchachos harán buena pareja, además el Pancho es trabajador y responsable, claro que toma sus traguitos pero es muy respetuoso y no se pasa de la raya.
- Que así sea y que se haga lo que Dios quiera – afirmó don Pedro.
El jóven Pancho tomó ánimo y se dirigió a su futuro suegro
- Disculpe Don Pedro nos aceptaría un brindecito que tenemos por allí, para sellar con unas copitas el pedimiento y ponernos alegres, porque esto es un gran acontecimiento porque nuestras familias se van a unir.
Como por arte de magia, más rápido que inmediatamente un muchacho hace su ingreso con una caja de cerveza helada y encima 3 sin helar por si a los suegros les haga mal cosas heladas.
- Teodosa, Evelyn acérquense ha celebrar el pedimiento y lo primero que hace el enamorado es sonreírle a su novia.
Y así el pedimiento era el mejor recurso que: Robarse a la Enamorada.
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